3 momentos IDEALES para usar tu Tapete Vital

Al restaurar nuestro vínculo con la tierra experimentamos un proceso fantástico en la re-conexión de nuestra energía con la energía creadora de la madre.

En este proceso inicialmente empezamos a sentir que nos quitamos un peso de encima. Pareciera que eso tan pesado que venimos llevando a cuestas cada vez se hace más liviano… Hasta que de repente, parece que lo hubiéramos dejado atrás.

Luego, nuestros canales energéticos limpios y muy activos comienzan a nutrir constantemente nuestro ser, sanando cada parte de nosotros que lo necesita, y restaurando el flujo de vitalidad a través de nuestro cuerpo.

Los bloqueos, que antes fueron una constante, se liberan para permitirnos fluir con la vida como hace el río desde la cima de las montañas hasta el mar.

Al sanar, nuestro día a día se transforma, porque todo parece haber cobrado más brillo y más color que nunca. Porque desde que nos despertamos percibimos una relación diferente con la vida, mientras sentimos que hay una armonía que hace parte de todo lo que está en balance en el universo, y por supuesto dentro de nosotros.

En este punto, comenzamos a transformar nuestro mundo a gran escala.

Lo transformamos porque eso que florece dentro de nosotros se extiende hacia todo y todos los que nos rodean. Comenzamos a contagiar de abundancia y armonía las personas a nuestro alrededor, cambiando cada aspecto de nuestras vidas.

Encontramos a nuestro alrededor señales inconfundibles que nos guían en el camino. Personas que antes no nos agradaban, ahora se convierten en importantes maestros que nos muestran aquello que es importante trabajar.

Cada día de nuestras vidas se convierte en una aventura sin igual, porque además de testigos, somos protagonistas de la magia que envuelve cada aspecto de la existencia…

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Cuando hemos transformado nuestra perspectiva y nos sabemos UNO con todo lo que nos rodea, el agradecimiento se convierte en un estado permanente de nuestro ser. Recordamos como cada una de esas cosas hermosas que perciben nuestros sentidos vino de la tierra. Nos hacemos plenamente conscientes de su grandeza.

En este punto, queremos estar pegados a sus creaciones permanentemente. Queremos recibir su energía en cada instante del tiempo. Mantener nuestro equilibrio sin interrupción.

Ya sabrás que tu mejor alternativa es vivir en medio de la naturaleza. Donde la tierra alberga e impulsa la vida sin obstáculos. Donde no hemos contaminado su potencial.

Cuando vives en medio de una gran ciudad, puedes hacer del parque y de los paisajes aledaños una práctica constante en tu rutina.

Como probablemente no te es posible vivir en el parque, tu tapete vital es una herramienta imprescindible para mantenerte en contacto con la tierra. Por eso queremos darte algunas ideas para que puedas integrarlo en tu vida diaria y aprovechar al máximo de tu conexión con la madre tierra.

1. Mientras duermes

No podemos recomendarte lo suficiente que duermas recibiendo la energía de la tierra. Sin hacer cambios importantes en tu vida diaria, mantener tu tapete en los pies de tu cama (entre el colchón y tus cobijas) te permitirá recibir su energía durante varias horas del día.

Además de todo lo que ya sabes que hace por ti, vas a descansar mejor que nunca.

2. Mientras trabajas

Nuestro trabajo es una parte muy importante de nuestras vidas. De hecho, la mayoría de las personas pasa gran parte del día en su trabajo.

Por esto, es una gran idea encontrar la manera de mantener contacto con tu tapete mientras trabajas. Hará de tu jornada una MUCHO más agradable, además de mantener la energía de tu cuerpo en flujo constante y potenciar tu proceso de sanación.

3. Mientras haces lo que más te gusta

Seguramente tu tiempo libre lo estarás usando para hacer esas cosas que más te hacen feliz. Es un momento en el que sin importar lo que otros digan o piensen, te entregas completamente a una actividad que te ENCANTA.

¿Qué mejor que mantener tu conexión con la tierra en el proceso?